"No descuiden el enseñar a sus hijos a cocinar. Al hacerlo, les imparten prin cipios que deben tener en su educación religiosa. Al dar a sus hijos lecciones de fisiologia y al enseñarles a cocinar con sencilles, y sin embargo, con habildiad, están colocando los fundamentos de la más últil rama de la educación.
Hay religión en cocinar bien. Hay que tener cuidado con la ignorancia o descuido en aprender a cocinar.
Muchas madres no comprenden la importancia de estas ramas del conocimiento y antes de darse la molestia y el cuidado de instruir a sus hijos y soportar sus fracasos y errores mientras aprenden, prefieren hacerlo ellas mismas. Y cuando sus hijos fracasan en sus esfuerzos, se alejan con estas palabras: "no vale la pena; no podés hacer esto o lo otro; me complicás y molestás más de lo que me ayudás".
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